El Nuevo
- Vivencias De los 30
- 17 feb 2017
- 2 Min. de lectura

Fuente: Google Images
Cuando conoces recién a una persona y se va desarrollando la etapa de “aprendizaje del otro”, mientras vas notando que curiosamente tienen tanto en común, por más prematuro que sea esto, es imposible no pensar en que eso se podría convertir en algo a futuro.
En un mundo donde lo efímero está a la orden del día y cobró protagonismo en los últimos años, una persona que te haga considerar la idea de formar un nosotros es alguien por quien vale la pena invertir tu tiempo y tus ganas de seguir conociéndola.
Me ha pasado que apenas en 24 horas, he descubierto y conocido tanto de cierta persona, que honestamente quedé fascinada. Cuenta con características que yo considero extraordinarias: simpatía, inteligencia, astucia, capacidad de comprensión, con una frescura y un desenfado que hace tanto no veía en alguien y mas.
Que las casualidades o causalidades de la vida hayan hecho que me tope con alguien así me pone contenta, y me hace seguir creyendo de que “aún hay esperanza en la humanidad”, que no todas las personas buscan el “amor por una noche”, que aún hay quienes están buscando a esa persona especial con quien compartir desde un acontecimiento familiar, una salida con amigos, una ida a la cancha a alentar al equipo favorito, hasta una noche de maratón con Netflix en pijamas y pantuflas.
Sí, soy de las que dicen “no quiero a nadie” pero les cuento un secreto? Eso no es del todo cierto; porque hay días en los que sólo quisieras tener a ese alguien especial para poder compartir tu tiempo, y tus ganas de no hacer NADA.
Quien sabe; quizás finalmente me llegó el turno y esta persona a quien conocí en el lugar menos pensado, pueda ser el protagonista de mis próximas historias.
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